Cultura

Patrona de Langreo: Nuestra Señora del Carbayu

   A poco de terminada la guerra, la devoción mariana se intensificó extraordinariamente. En Langreo, esta espiritual veneración tuvo referencias unitivas. En 1946, el semanario Filón solicitaba que la Virgen del Carbayu fuese proclamada patrona de Langreo, de la que se imploraba la intercesión «para que volviera a reinar entre los langreanos la armonía, la convivencia, la tolerancia y la transigencia, de unos con otros...»

   Apenas dos años más tarde «un grupo de entusiastas langreanos, amantes de las mejores tradiciones» se dirigen a la Corporación suplicando se digne «declarar y proclamar oficialmente Patrona de Langreo a la Virgen del Carbayo». Encabezaban esta petición tres ex-alcaldes: Leopoldo E Nespral, Cándido E Riesgo y Francisco García Fernández. El resto eran: Miguel García, Francisco G. Gayoso, Nicanor García, Angel Fernández Ruiz y C ésar Alvarez.

   Fue el 12 de septiembre de 1954 cuando tuvo lugar la solemne proclamación: « Nunca hemos visto —informaba La Nueva España— tanta gente en el pueblo del Carbayo. El Ayuntamiento, en Corporación, (...) presidió los actos religiosos.

En un alto de la procesión se procedió a la proclamación de la patrona del concejo. Don José Arenas, párroco de La Felguera, tuvo el alto honor de hacer la proclamación en nombre del Arciprestazgo, Corporación y pueblo de Langreo. En emocionadas palabras, don José Arenas hizo un canto a la Virgen y preguntó después a la Corporación municipal, al clero y al pueblo si estaban conformes con la proclamación (...) Las contestaciones fueron unánimes y rotundas: Langreo desde el domingo está bajo la advocación de la Virgen del Carbayo
».

   Por su parte, Cándido E Riesgo destaca de aquella celebración su carácter unitario: « Don José Arenas supo cantar, con gran oratoria, fogosa y arrebatada la unidad de todo Langreo por la devoción y el fervor a la Virgen de El Carbayo ».

   Relacionada con el Carbayu, algún tiempo después, se crea una efímera congregación de indudables reminiscencias feudales. Así la describía el distinguido como Langreano de Honor en 1978, Enrique Fernández: « En 1958, y en las Consistoriales de Langreo, se constituyó la Hermandad de Caballeros de Nuestra Señora de El Carbayo, presidida por el señor alcalde y integrada por tenientes de alcalde de ios diferentes distritos municipales, así como por las personalidades, intentando (...) prestigiar y dar vida con su dirección y asesoramiento a la buena marcha de estos festejos, ignorando por mi parte la actuación de esta asociación, salvo la colocación de una imagen en el Ayuntamiento... ».

  No parece imprevisto azar que la oficialidad del himno y de la patrona de Langreo se hayan instituido coincidiendo con los trámites independentistas y la afirmación de La Felguera —el ascenso del Círculo era un ejemplo evidente— como el pueblo más pujante de Langreo en aquellos tiempos.

   Más recientemente, instaurado el régimen democrático, se le dio un impulso cierto a la fiesta de El Carbayu. El cambio político no hizo variar, no obstante —más bien la acentuó, incluso desde posiciones laicas— la actitud reverencial hacia la patrona de Langreo.

   En el pasaje final del pregón pronunciado, en 1986, por el ex-alcalde socialista de Langreo, Maximino González Felgueroso, designado Langreano de Honor un año antes, se pueden apreciar rasgos visibles de esa mentalidad impetrante: «Como véis las costumbres cambian, pero la devoción a la Virgen se mantiene o quizás aumenta, por eso mientras haya un langreano, la Virgen del Carbayu seguirá teniendo un devoto. Yo ahora para terminar quiero hacer en nombre de los langreanos una petición a la Virgen: Patrona de Langreo, en estos momentos, nosotros, como nuevos San Jorges, seremos capaces de vencer al dragón que nos amenaza en forma de “reconversión de la minería”, y Langreo seguirá manteniendo su prosperidad;

"Seguiremos año tras año subiendo al Carbayu a poner de manifiesto nuestro amor y nuestra devoción por tí"      

Copia integra del libro: “Caciquismo, lucha localista y revolución en el Langreo contemporáneo” de Francisco Palacios.