I PREMIO "LANGREANOS EN EL MUNDO" - 2008

Dª MARÍA PURIFICACIÓN NEIRA GONZÁLEZ

   Maria Purificación Neira González ejerció la sanidad en países subdesarrollados y bajo la presión de los conflictos bélicos. Cumplió su sueño de trabajar en la Organización Mundial de la Salud, y ser uno de los pocos españoles que lo han conseguido. Actualmente tiene en sus manos otro proyecto estimulante: La Salud publica y el Medio Ambiente a nivel global.

      Es de La Felguera, Langreo, donde vivió y creció. Estudió medicina y cirugía en la Universidad de Oviedo, pero su espíritu viajero la llevó pronto a desembarcar en otros países.
      Se marchó a Francia a hacer la especialidad de endocrinología, y allí conectó con Médicos sin Fronteras. Trabajó en campos de refugiados en Centroamérica, después con Naciones Unidas se fue a Mozambique y Ruanda.
      Posteriormente llegó a la Organización Mundial de la Salud, a la que dedicó doce años de su vida y en la que ejerció la dirección del Departamento de Prevención, Control y Erradicación de enfermedades infecciosas.

      Puso en marcha en España la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Objetivo cumplido, volvió a la OMS donde ocupa el puesto de directora de "Salud Publica y Medio Ambiente", reto que le parece fascinante y donde cree pueden ponerse las bases para la prevención de la enfermedad y la protección y promoción de la salud.

      Se fue a Francia, en un momento en que irse a estudiar fuera parecía algo excepcional. "Éramos muy pocos los que en ese momento salíamos y hoy puedo decir que veinte años después, el español, sobre todo el que se dedica a profesiones como la mía, está mucho más atento a lo que pasa fuera de su país y sobre todo ha aprendido a ver el mundo desde una perspectiva mucho más amplia. El mundo es muy grande y yo quería ver cómo era".

      Nació en la cuenca minera y cree que su origen ha determinado su carácter de pionera en diferentes momentos de su vida. "Estoy convencida de que esa rama minera me ha dado un empuje tremendo. Y sobre todo creo que el mar, el estar cerca de una zona de costa, le hace a uno tener unos horizontes mucho más abiertos, al haber estado expuestos a más intercambio de gentes y de culturas. Algo debemos de tener en las venas las mujeres asturianas, y los asturianos en general, que nos hace tener ímpetu e iniciativa".

      Algunas experiencias de vida, como el poder asistir al proceso de la firma de los acuerdos de paz en Mozambique, ha sido algo que no podrá olvidar. En un ámbito mucho más negativo, el genocidio en Ruanda; un genocidio de casi un millón de personas, tutsis exterminados a machete en unas semanas, le hace pensar que los humanos en algunas inexplicables situaciones somos capaces de un ingenio y una creatividad demoníaca. Una fortaleza especial hace falta para asumirlo."La realidad, lo hechos a veces son tan fuertes y tan sorprendentes hacen que uno ni siquiera los absorba, simplemente te sobrepasan. Es la única manera de poder seguir adelante. La dimensión es tal que no tienes forma de digerirlos, afortunadamente, porque el día que le encontremos una explicación a ciertas cosas será inaceptable".

      Ha tenido una evolución profesional variada , pero de alguna manera muy coherente, ya que siempre se dedico a la salud publica. Paso de la Universidad de Oviedo a un hospital muy sofisticado a París, y de ahí a Médicos Sin Fronteras, donde dice que descubrió la salud pública y se enamoró definitivamente de ella. Después entro en el Mundo Internacional hasta llegar a la OMS, donde se cuece la política sanitaria internacional.

      Hace un paréntesis en su vida de la OMS y acepta dirigir la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, porque le faltaba esa experiencia, tenía esa espinita de que nunca había trabajado en su propio país, que tampoco había trabajado con un gobierno, en política nacional.

      Sus apuestas profesionales son siempre de cierto riesgo.
Prevenir es a veces más importante que curar, nos cuenta. " Dedicarme a las enfermedades infecciosas en la OMS fue una gran experiencia porque por un lado te encuentras con que las enfermedades de los países ricos, enfermedades crónicas, y sobre todo de nuestro propio desarrollo, mientras que en los países pobres las enfermedades infecciosas siguen siendo las mismas: malaria, tuberculosis, sida, incluso todavía aun tenemos casos de lepra. Son dos contrastes fuertísimos. Te das cuenta que puedes negociar a nivel global, y esas negociaciones pueden tener un impacto o muy bueno o muy malo, según si lo haces bien o si lo haces mal".

      Desde su puesto de responsabilidad dice que no cree en una verticalidad jerárquica. Que la jerarquía está para que cada uno asuma un pedazo de responsabilidad, pero no para generar estructuras verticales donde se confunde el respeto con el servilismo. Ella es de los que creen que el que trabaja en salud pública está haciendo política todos los días, que no hay nada más político que ocuparse de la salud de las personas. A veces se nos olvida que política es interesarse por el bienestar colectivo.
A nivel personal quiere sembrar afectos, que estén felices los que ella quiere, su familia, sus amigos, sus compañeros de proyecto, los que están a su alrededor, y disfrutar de su trabajo. Cree que lo positivo atrae positivo. Cree en la buena gente y quiere ser buena gente. Y nos dice que esta convencida de que los langreanos lo son : "me lo han demostrado". Esta muy agradecida a sus raíces y respeta lo que le ha dado su origen, su pueblo, los suyos.¡ Cree en la solidaridad, en los principios, en la iniciativa, a pequeña y gran escala, que todas cuentan!

      Y a nivel de salud pública querría " una revolución positiva que removiera todos los obstáculos a la salud y promoviera entornos saludables". Quiere grandes liderazgos en salud pública y grandes iniciativas que permitan, no solo evitar la enfermedad, si no promover la salud y el bienestar.