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Decálogos del deportista
- El deporte forja personas para la vida.
- El entrenamiento es la más decisiva de las pruebas.
- Respeta la norma, te dará sentido y claridad en el juego.
- Honra al contrario, no es un enemigo, es un compañero de juego.
- Que predomine en ti el sentido de equipo, sus intereses están por encima del lucimiento personal.
- El juego limpio dignifica, el sucio envilece
- Que te conozcan más por tu comportamiento que por las victorias que consigas.
- Al finalizar los encuentros saluda a los contrarios y jueces.
- Que el honor y la nobleza sean tu estilo en la práctica deportiva.
- Sé dueño de ti mismo
Decálogo del Técnico
- Que tus actitudes y comportamientos sirvan de ejemplo para tus deportistas.
- No busques solo el rendimiento técnico. Esfuérzate por conseguir valores éticos.
- Lucha por todos tus deportistas por igual. No tengas preferencias ni prejuicios.
- Valora el trabajo y el esfuerzo de todos tus deportistas. Felicita a quien le salgan las cosas bien y anima al desafortunado. Corrige correctamente a tus deportistas. Dialoga con ellos y no les humilles ni les dejes en evidencia.
- Sé humilde en la victoria y resignado en la derrota.
- Asume tus propios errores y no hagas a tus deportistas responsables de los mismos.
- Muéstrate siempre tranquilo y sereno, no pierdas la compostura.
- Sé el primero en conocer y respetar las reglas.
- Respeta a los jueces, será el mejor respeto a ti mismo.
Decálogo del Árbitro
- Conócete bien y enriquece tus conocimientos, ello te ayudará a ser justo y ecuánime.
- La autoridad no se impone se merece. ¡Gánatela!
- Toma tus decisiones desde la honradez y la objetividad.
- Que tu independencia no te haga tan frío que no comprendas las situaciones humanas.
- Es tan dificil ser justo que la prudencia aconseja ser indulgente.
- No hables con crudeza a nadie. Todos se merecen tu respeto.
- Respeta al deportista, pero no participes en sus errores.
- Que los sentimientos no anulen tu imparcialidad.
- Conserva la calma en los momentos difíciles; el apasionamiento convierte el error en falta y la verdad en descortesía.
- Tu mejor reconocimiento es pasar desapercibido; si no es así, asume la crítica, es parte de tu trabajo.
Decálogo del Directivo
- Contribuye con tu imagen a engrandecer la de tu club. No permitas nunca que los éxitos justifiquen la falta de principios ético-deportivos, que están por encima de todo.
- Antes de tomar decisiones, escucha y valora.
- Tu persona debe ser garantía de objetividad.
- Respeta tu palabra, es de caballeros.
- Tu presencia es importante en los éxitos, pero mucho más en los fracasos.
- Nunca achaques los fracasos de tu club a los demás.
- Respeta la autonomía de tus técnicos.
- No utilices las influencias, envilecen la amistad y degradan la imagen de tu club.
- Nunca intentes ganar con presiones e influencias lo que se debe dirimir en una cancha deportiva.
- Respeta a los jueces, no los mediatices.
Decálogo del Espectador
- Quien solo va a ver ganar, corre el riesgo de ver perder.
- El precio de la entrada no incluye la bajeza de insultar.
- El “forofismo” niega la racionalidad.
- No te ampares en el anonimato de la masa, compórtate con dignidad.
- Apoya y anima, nunca descalifiques.
- Valora los méritos sean de quien sean. Aplaude las buenas acciones aunque sean del rival deportivo.
- Apártate de quien incita y reclama conductas violentas.
- El conocimiento de las reglas te ayudará a ser objetivo.
- Valora el esfuerzo y el trabajo al juzgar los hechos, nunca el éxito o el fracaso.
- El rival deportivo no es un enemigo. Solo cada persona puede ser enemiga de sí misma.
Decálogo de los padres del deportista
- Inculcad a vuestros hijos una educación basada en el respeto a los principios éticos deportivos, les harán ser mejores personas y deportistas.
- No les exijáis más de lo que pueden dar, ni les comparéis. Con ello solo conseguiréis disminuir su autoestima y fomentar su ineptitud.
- Estimularles pero no les sobrevaloréis, se creerían perfectos e incapaces de perfeccionarse. Vuestros hijos también tienen limitaciones.
- El hecho de que sean vuestros hijos no equivale a que tengan la razón; hacérselo ver.
- Tratarles respetuosamente, es la manifestación de vuestro aprecio. No mercadeéis con sus cualidades.
- No proyectéis en ellos vuestras frustraciones ni aspiraciones insatisfechas.
- Vuestra labor en la competición puede ser animarles, pero no gritarles ni darles órdenes.
- Respetad el trabajo del entrenador y sus decisiones.
- Sed los primeros en respetar las decisiones arbítrales, para que vuestros hijos las respeten.
- Mostraros siempre correctos en vuestro porte y en vuestro vocabulario
Área de Deporte de "Langreanos en el mundo
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